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|a Stéphane Mallarmé escribió que la palabra rosa es la ausencia de toda rosa; aserto que cifra una experiencia del lenguaje a la deriva, abandonado a sí mismo y nosotros abandonados por él. Con prosa clara, clásica y despojada de estridencias, Cecilia Pacella indaga esta condición cultural en la desencantada desutopía poética de Alberto Girri, misterioso habitante de la ausencia real que, en este caso, aloja el idioma de los argentinos -como si estuviéramos en presencia de un idioma presocrático, o desconocido aún; como si lo real fuera apenas un murmullo de agua; como si el mundo acabara de empezar. Se trata de la poesía en tanto conocimiento pero en un sentido antiguo y olvidado, pues la ruptura de la alianza entre las palabras y las cosas, si designa el núcleo de lo que llamamos modernidad -y por consiguien¬te también de las "poéticas de la modernidad en la obra de Alberto Girri" que este estudio explora con eficacia-, pareciera dar lugar a una experiencia de la lengua atravesada por memorias de otros, recorrida por recuerdos de cosas que nunca hemos vivido. Experiencia de una lengua muerta, en la que se produce un conocimiento que nada produce. La reflexión sobre esta singular aventura poética -que convoca a los filósofos: Agamben, Foucault, Rosset, Benjamín... transitan estas páginas-, y el itinerario por sesenta años de crítica girriana -que este trabajo agrega como apéndice desde el ensayo de Murena publicado por Sur, revelan la importancia cultural de Alberto Girri para quienes hablamos su mismo idioma. Acaso por la tranquilidad de su escritura, o tal vez por no proponérselo en ningún momento, Cecilia Pacella nos convence de ello. Diego Tatián
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