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|a La autora ha preferido abordar estos problemas de la mano de Nietzsche, testigo de cargo del siglo que hemos dejado, y posible guía del nuevo siglo que hemos comenzado. Por eso, Remedios Ávila señala ya desde el principio que este libro no es un libro sobre Nietzsche, sino un libro de reflexión sobre nuestro tiempo, que utiliza a Nietzsche como a un compañero privilegiado para dilucidar los problemas que vivimos y buscar nuestra propia identidad. Definir las señas de identidad, será lo que nos permita llegar a saber lo que somos, y esta, precisamente, es la tarea de la filosofía y del pensamiento en una época que se puede calificar de "desasosiego", de incertidumbre, de inquietud y de intranquilidad. Pero para dar una respuesta adecuada a los problemas e interrogantes que nos plantea nuestra época es necesario identificar aquellos elementos que son la causa de ese malestar; sólo así podremos superar la fragmentación en la que se encuentra sumido el sujeto y la pérdida de nuestrapropia identidad. No estamos, por lo tanto, ante un libro pesimista, sino todo lo contrario. La situación de "orfandad"de nuestro tiempo nos plantea el reto de evitar a toda costa que el barco se hunda, de "impedir que el mundo se deshaga",como decía Albert Camus. Por eso la aventura del pensamiento en una época como la nuestra consistiría en la difícil tarea de renunciar a lo absoluto, pero no renunciar a la verdad; afrontarla crisis del sujeto sustancial, pero evitar su disolución, en definitiva, no resignarse a la pérdida de identidad. Y esto es,en realidad, lo que hace de nuestra época una época trágica,porque quiere aspirar a la identidad desde una situación de fragmentación en la que vive el sujeto. ¿Y por qué recurrir ala ayuda de Nietzsche en esta búsqueda y en esta lucha por conquistar nuestra identidad? ¿No parece un contrasentido buscar respuestas en un pensador tan iconoclasta para quien el sujeto no es más que una ficción? La autora,
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