Summary: | El Campo de la Ejecución Penal es controvertido y esta afectado por altísimos niveles de violencia, por la ausencia de Políticas de control del delito, rutinas institucionales que constituyen descomunales dispositivos de neutralización y flagrantes violaciones de Derechos Humanos que reconstruyen social y políticamente la exclusión y el deterioro de la calidad de vida tanto de los sujetos a control como de los propios trabajadores. Es en este campo donde el Trabajador Social, conforme la Ley 24660/96 tiene asignado un rol destacado y en el cabe batallar en escenarios donde el encierro carcelario se ha convertido en la panacea de toda suerte de resolucion de conflictos y donde la tension entre Derecho y Realidad es mas que evidente: carceles superpobladas donde el castigo tiene un fin en si mismo bajo el supuesto justificatorio de que si se saca de circulación" al excluido-peligroso-delincuente, al menos por un tiempo, no va a cometer delitos, no hacen mas que reproducirlos. A la par, una Constitución Nacional y una ley en materia de ejecución Penal de conformidad a la doctrina de los instrumentos internacionales de Derechos Humanos (hoy con rango constitucional) conviven con un país que ocupa los primeros lugares en cuanto agravamiento de penas en la región y que presenta serios problemas de violaciones de Derechos Humanos. El libro reflexiona sobre la historiografía de la cárcel como principal instrumento punitivo, la crisis del "modelo socializador" y nuevas tendencias en materia de control social, así como los aportes de la doctrina consagrada en la Constitución Nacional Argentina en materia de Derechos Humanos y ese entre mano de saberes que aporte la Criminología para resignificar la intervención del Trabajo Social en materia de Ejecución Penal.
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