Summary: | La polémica acerca de la justificación ética de la conquista española en América lleva ya más de cuatro siglos. Ante una discusión tan prolongada, se podría pensar, a primera vista, que, o bien en ella se hacen valer cada vez nuevos argumentos, es decir, que se trataría de discusiones diferentes sobre un mismo tema, o bien que la polémica se mueve en diferentes planos y, por lo tanto, los argumentos que en un determinado nivel pueden ser válidos y convincentes dejan de serlo cuando se pasa -muchas veces imperceptiblemente- a otro, es decir, que la discusión sería, en muchos casos, el resultado de malos entendidos. La primera alternativa es poco plausible: los argumentos esgrimidos suelen ser una fatigosa reiteración de los utilizados ya en el siglo XVI. No se percibe en ellos el aporte de nuevas posiciones metaéticas ni la presentación de nuevos hechos que pudieran justificar la adopción de nuevos puntos de vista. La segunda alternativa sugiere la necesidad de precisar el campo en el que han de examinarse los respectivos argumentos. No hay duda de que la aclaración de esta cuestión es una tarea previa para saber qué es lo que se está discutiendo, y no es aventurado afirmar que una buena parte de la polémica actual es provocada por una desafortunada confusión de los niveles descriptivos y normativos. Tengo, sin embargo, la impresión de que, aun cuando se mantuviera una nítida delimitación de los niveles argumentativos, la discusión habrá de continuar; es decir, nos volveremos a enfrentar con el problema de tener que dar una respuesta al fenómeno de la persistencia de la polémica y correremos el peligro de creer que ella se debe a la exposición de insospechados argumentos, con lo que aceptaríamos como válida la ya rechazada primera alternativa.
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