Summary: | La perspectiva errónea en la ciencia se descubre por su avidez de ser verdadera». Con este aforismo Popper señalaba el carácter pseudocientífico del afán de recurrir a cualquier artificio para preservar la validez de la propia teoría. El origen de la revolución epistemológica que llevó a cabo hay que buscarlo en sus años de formación en la Viena de principios del siglo XX, una ciudad cuyo ambiente intelectual estaba dominado por ideologías basadas en «ciencias» como el marxismo y el psicoanálisis. Karl Popper advirtió que la aceptación de uno de estos cuerpos doctrinales producía en el intelectual iniciado un efecto similar al que la conversión en un adepto: la teoría parecía dar sentido a su mundo. Así, cuanto sucedía en el mundo no hacía más que confirmar la verdad manifiesta de sus teorías, y los incrédulos eran simplemente quienes no querían ver la realidad, bien porque iba en contra de sus intereses de clase, o bien debido a sus represiones inconscientes. Ante estos hechos, Popper concluyó que una teoría que pretendiera explicarlo todo en realidad no explicaba nada. Al mismo tiempo, quedó impresionado por el contraste entre la metodología de Marx o Freud por una parte, y de Einstein por otra.
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