Resumo: | Este texto es una provocación a despejar de tabúes y pensar las relaciones entre libertad, intimidad, masculinidad, exposición pública y juego político. El libro, y la investigación que supuso, concluye con varios aportes de la autora en cuanto a la comprensión de la construcción de lo que ella llama “el desprestigio político por acusación de homosexualidad en el Ecuador” (capítulo III). La obra finaliza emplazando la labor de los medios de comunicación masiva y sus relaciones de amor/odio con la política. Se destaca nítidamente la imperiosa necesidad de producir información de calidad, es decir, aquella información que ofrezca puntos de vista diversos y, sobre todo, respete los derechos de la comunicación, así como los derechos personales y de libertad de los involucrados. Se destaca, de igual modo, producir procesos informativos que no discriminen y que contextualicen las realidades que reconstruyan, siendo evidente la necesaria exigencia de un nivel de responsabilidad ética y profesional, tanto a comunicadores como a analistas de opinión. Esto no necesariamente porque el Estado con su fuerza tenga que imponer la producción de información de calidad, sino porque la misma es, en primer orden, inherente a la condición humana del periodista o analista. Este libro supone igualmente un desafío a una sociedad todavía muy cerrada, quizás aún remordida por fantasmas, prejuicios y relatos pseudo religiosos que ignoran el derecho a la afectividad masculina, como expresión de libertad de quienes optan por ella en sus proyectos de vida. Tal actitud abona la discriminación, exclusión, desigualdad y cosificación de lo humano. Como refiere la autora, “posiblemente estamos en un momento histórico propicio para transformar estructuralmente el uso cotidiano de este abusivo e inequitativo ejercicio de poder heteropatriarcal contra los varones sexualmente no hegemónicos” (p. 101). Este emplazamiento al conjunto de la sociedad lleva a cuestionar ¿qué pasa con la generosa Constitución de la República del Ecuador que rige desde desde 2008 frente a una sociedad aún oscurantista? Una Constitución que protege familias diversas, pero que posee también ciertos enclaves oscuros que limitan esta protección, como la prohibición de adoptar niños y niñas a parejas del mismo sexo o el enunciado que define al matrimonio desde la tradicional fórmula heteropatriarcal como la unión entre hombre y mujer. Estas tensiones entre “deber ser” y prácticas sociales llevan a pensar que la mencionada Constitución es un artefacto complejo donde existen contradicciones, visiones distintas que se correlacionan con el poder social de los actores que las promueven y, por lo tanto, resulta un campo de lucha. 4 En este caso se hace referencia en particular a las luchas de quienes reclaman mayores espacios de emancipación para reivindicar su orientación sexual. El aporte que ofrece Margarita Camacho invita a luchar por la Constitución del Ecuador actual, refiriéndose al espíritu emancipador que claramente contiene en su parte material, presidida por el principio del buen vivir, eje de las relaciones sociales. En suma, Cuerpos deseantes y el armario político hetero-homosexual es una obra que conduce a la reflexión sobre la necesidad de acompañar las luchas sociales y jurídicas por la igualdad en la diversidad. Es una obra que invita también a demandar una participación efectiva en la construcción de políticas públicas que permitan el pleno ejercicio de los derechos sexuales y de género, que son parte del proyecto de vida de cada persona. Asimismo es una obra que estimula a exigir y comprometerse con un manejo responsable de la comunicación en todas sus formas, en el sentido más original de respeto hacia los demás. El aporte reflexivo en este libro invita, en gran medida y desde el aspecto más sencillo de la condición humana, a desvestirse de prejuicios y a tomar conciencia de la importancia de la responsabilidad de la comunicación, incluyendo ahora a quienes actúan desde las redes sociales. Para ello, es necesario autoexaminar cuán alterativos o al menos cuán tolerantes somos en realidad, no solo frente a las opciones de vida sexual de otras personas, sino también frente a las formas de pensar y expresarse de distintos actores. Quizás indirectamente la obra invita a reflexionar, por un lado, sobre cuán polarizado está el Ecuador de la segunda década del siglo XXI, y por otro lado, sobre la necesidad de dialogar respetando la divergencia de maneras de pensar, el disenso y la diversidad.
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