Summary: | Desde que en 1867, los Diputados Azuayo Don Luis Cordero y Don Joaquín Fernándes de Córdova, arrancaron de la Legislatura Nacional, no sin vigorosa lucha el Decreto de fundación de esta nuestra Universidad, que la auspiciaron como primer Rector el insigne Don Benigno Malo y como primer Secretario el propio Don Luis Cordero; los repetidos esfuerzos de nuestro pro-hombres; para abrir nuevos senderos de ilustración profesional a nuestros nobles y generosos adolescente; escollaron siempre ante lo rehacio de una realidad, tan triste cuanto inesplicable.- La Universidad, entre nosotros, hasta desdiciendo de su hermosa denominación etimológica por la cual debía ser un Instituto Público, donde se cursen, si no todas, por lo menos muchas Facultades Científicas; apenas si había venido alvergando en su Claustro, a las de Derecho y Medicina, únicos derroteros para una juventud ávida de otros ramos del Saber, que tenía de sujetarse a la limitación de las invariables turquesas y modelar en ellas su cerebro obligadamente; a trueque de quedar aislada, de otro modo, de toda formación profesional, en una Región que siempre ha hecho timbre de gloria de su triunfante avance intelectual...
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