Summary: | En las ciudades y en las villas, en los pobres y en los ricos se dejaba sentir la influencia deletérea del sistema criminal bautizado con el nombre de Alfarismo, los crímenes y desafueros se iban acumulando con rapidez sorprendente y las espaldas de los ecuatorianos no podían resistir ya, una montaña de infamia y de maldad. Toda la escala de crímenes había recorrido el Afarismo con firmeza diabólica: robos no solo a la miseria y al dolor de tanto desgraciado, sino también, al tesoro público, arrancado con tantas lágrimas y ayes lastimeros, asesinatos, empréstitos ruinosos para el país, complicidad para la desmembración territorial, corrupción de espíritus y de conciencias, desverguenza y hasta falta de pudor para encubrir las úlceras de su gobierno de esbirros y estúpidos...
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