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|a "La actual pérdida de sentido y significado del habitar humano manifiesta, no sólo en la muy escasa reflexión al respecto sino, y sobre todo, en el posicionamiento de un discurso que, desde la globalización y su ideología neoliberal, reduce el hábitat humano a un problema de valor de cambio adscrito al tema de la oferta y la demanda que imponen las implacables leyes del mercado, hace necesario que nos preguntemos por el destino de nuestra sociedad y, más aún, por la naturaleza y significado de eso que Heidegger denominara nuestro modo humano de ser en el mundo. Desde esta perspectiva, la presente reflexión pretende contribuir con la construcción de una fenomenología del habitar que parta de la comprensión del modo humano de ?abrirnos espacio? y, en consecuencia, de ?hacernos un lugar?, pues es a fin de cuentas la comprensión de la relación que guardamos con el mundo, a través de los lugares que habitamos, la que nos permite entendernos en nuestra más honda naturaleza de ?seres espaciantes?, esto es, de seres cargados de sentido en tanto que a través de nuestros diversos modos de espaciar (habitar) otorgamos sentido al mundo mismo. Más de doce años de investigación y más de sesenta países visitados dejan constancia en éstas páginas de las muchas similitudes que tenemos pero, también, de la enorme diversidad de maneras en que a través de nuestra relación con el espacio habitado nos mostramos. He ahí la clave para entender, no sólo lo pequeño de este mundo sino su enorme riqueza en posibilidades de ser y de hacer; las cuales, antes que un motivo para combatir las diferencias, constituye una oportunidad para construir un mundo humano en el que otra globalización sea posible: la del respeto, la convivencia y la solidaridad. Un mundo en el que, reconociendo el planeta como nuestra casa común, asumamos la responsabilidad de cuidar y cultivar cada una de las pequeñas partes que de él ocupamos. Por lo anterior, este libro resulta ser una invitación a entender que la filiación que hay con el mundo a través de los lugares (topos) en que vivimos, da forma y sentido a la propia naturaleza topo-fílica de el ser eminentemente humano y, en consecuencia, a una determinada forma de actuar en responsabilidad con la casa común en que habitamos; una forma de actuar que siguiendo a los griegos denominare Poiein pues a fin de cuentas, y tal como señalaba el poeta Holderlin: ?Es poéticamente como el hombre habita el mundo?.
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