Summary: | En 1970 el mundo atravesaba por diversos cambios políticos, sociales y económicos; algunas eras llegaban a su fin, mientras que otras apenas comenzaban a asomarse. El cine se encargó de retratar todos y cada uno de dichos acontecimientos. Sin embargo, no todo fue denuncia, pues se daba tiempo también para continuar siendo una fábrica de sueños. La ilusión, las historias de amor y la fantasía también fueron temas que sirvieron de gancho para atraer público a las salas. Para conjuntar todo ello, la editorial Taschen lanzó el libro lo mejor del cine de los 70, que es una recopilación de 1970 hasta 1979 de los títulos más importantes de la cinematografía a nivel mundial, según el ojo del historiador y crítico de cine Jürgen Müller. Para cada película se incluye su ficha técnica, notas de producción, comentarios, análisis y fotogramas. Los temas recurrentes fueron Vietnam, la era Nixon, el comunismo, la liberación sexual, la readaptación social, el amor imposible, la búsqueda de una nueva identidad, la independencia de la mujer, entre otros. En concreto, es imposible borrar de la memoria películas de crítica social como 'Naranja Mecánica' (1971), 'El discreto encanto de la burguesía' (1972), Atrapado sin salida (1975) o 'Taxi driver' (1976); el cine de denuncia vía Tarde de perros (1975), Todos los hombres del presidente (1976) o 'El cazador' (1978); el nacimiento del marketing cinematográfico gracias a 'Tiburón' (1975) y 'Star Wars' (1977); la comedia romántica presente en filmes como 'Annie Hall' (1977); la vulnerabilidad hacia lo desconcido en encuentros cercanos del tercer tipo' (1977), Alien: el octavo pasajero' (1979), o incluso a fuerzas sobrenaturales como en 'El exorcista' (1973) o 'La profecía (1976), por mencionar algunos ejemplos. También, en esta década nacieron cinematográficamente hablando Jodie Foster, Al Pacino, Isabelle Adjani, Hanna Schygulla, Robert de Niro, Sissy Spacek, entre otros histriones que al día de hoy continúan brillando en la industria. La recopilación de todos estos filmes, aún y que no los hayamos visto en las salas cinematográficas en su estreno, forman parte de nosotros mismos, porque el cine retrata la realidad, distorsionada en algunos casos, pero no más que una adaptación de la vida misma.
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