Summary: | El autor trata el hecho de andar como herramienta crítica, como una manera obvia de mirar el paisaje, como una forma de emergencia de cierto tipo de arte y arquitectura, cuyas raíces pueden hallarse en actividades del pasado, propias del surrealismo, el romanticismo, el dadá o el situacionismo, proponiendo una nueva lectura de la historia del arte, desde la elevación de los menhires, pasando por Egipto y la Grecia Antigua, hasta el Land Art. Sostiene que el andar ha producido en todas las épocas arquitectura y paisaje, práctica olvidada por los arquitectos y reavivada por los poetas, los filósofos y los artistas, capaces de ver aquello que no existe y hacer que surja algo de ello, poniendo de manifiesto las fronteras interiores de la ciudad y revelando, identificando las zonas, poniendo en movimiento todo el cuerpo, individual y social, con el fin de transformar el espíritu de quien a partir de ahora ya sabe mirar, lo cual conlleva un posicionamiento político, un modo diferente de considerar el arte, el urbanismo y el proyecto social.
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