Summary: | Imperativas, sentenciosas, en los relojes de péndulo centenario, relojes abuelos, aquellos de viejos ensueños patriarcales en casas vetustas del centro histórico de las ciudades, o en los recodos de la naves dormidas entre los claro-oscuros catedralicios aquí y allá. La preocupación de que mientras juntos conversamos, ya el minuto huyó fujáz del poeta latino o la ansiedad de que partimos cuando nacemos, andamos mientras vivimos y llegamos al tiempo que fenecemos, así que cuando morimos decansamos del viejo Manrique, será angustia permanente en la humanidad, re-editada hoy en el canto por el tiempo en la poesía de Piedad Romo-Leroux, canto por el tiempo que se escapa, que se fuga inexorablemente, a través de los segundos irrecuperables en los relojes abuelos de vestusto péndulo.
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