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|a Al igual que todas las artes y que la cultura en su conjunto, la literatura es una manifestación que no se anquilosa Jamás: está en constante renovación y ésta es una de las claves de su grandeza. El hombre de la era atómica no puede cantar como el de la antigüedad griega o romana. Se cumple el aforismo: A nuevos tiempos, nuevas canciones. Pero la creación humana no parte de cero. Lo mismo en la ciencia que en el arte, somos los herederos de toda la cultura creada por el hombre a través de los siglos. Si la liberación de la energía nuclear se realiza en el siglo XX, ya Demócrito, en el siglo V a. C, concibió la estructura atómica de la materia. Así mismo, en literatura, la pujante obra de nuestro tiempo clava sus raíces en la herencia de la antigüedad, no para repetirla, sino para completarla, para superarla, para proyectarla hacia el futuro. De aquí que todo amante de las letras ?sea o no un escritor? encuentra en la literatura antigua, una fuente de inspiración, una espejo de las sociedades del pasado, un semillero de normas de conducta
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