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|a Estamos viviendo una época en que las estructuras materiales, con su desmedida ansiedad de espacio, van fraguando su solidez muerta e inanimada y en una copia brutal del hombre, nos van reemplazando con las computadoras. El espíritu del ser está mutilado. Los pensamientos nos vienen en frascos con etiquetas de colores, en películas embutidas en los dormitorios, en el favor pedido, en el carro nuevo, el vestido de moda, la corbata y en la forma importante de hacer las cosas. Hoy la competencia en todos los niveles, con sus caminos trazados; las carreras cortas en el mecanismo de la oferta y la demanda; la ley del más fuerte y sus bambalinas; las reglas de urbanidad y las técnicas de venta, etc. etc. están haciendo del hombre un triste segmento. No con esto negamos importancia al adelanto de la ciencia y i de la técnica, tan sólo queremos anotar cuan necesario es que I rompamos esas paredes de concreto y asfaltos, saliendo desde bien adentro y tomemos en los perfiles de nuestras manos, todo aquello I que nos pertenece por herencia: la libertad pura del ser como ' producto cósmico. Construyamos con la Poesía, ya como poetas, ya como lectores, la puerta abierta y sin paredes de lo que auténticamente somos.
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