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|a El segundo tomo de CUENCA Y YO, que espero, dada la gentileza de mis coterráneos, tenga igual aceptación, no como una obra de alta literatura sino simplemente como un libro de reminiscencias, a fin de que los lectores puedan hacer un análisis de los cambios registrados entre el ayer y hoy, que nos revela un total ¡cambio de costumbres y de cómo ha progresado Cuenca, que de pequeño villorrio se ha transformado en una ciudad cosmopolita, a pesar del aislamiento en que ha vivido pues ha sido una isla olvidada en la geografía nacional. Francamente poco se ha escrito sobre la vida y milagros del pasado, a pesar de que nuestro folklore ha sido rico en hechos y pasajes, que lo hemos echado al olvido porque sí, a sabiendas de que mañana o pasado no habrá quien los relate. Precisamente esta falta y el posible olvido me han impulsado a escribir los dos Tomos de mi libro CUENCA Y YO, a fin de que plumas más autorizadas amplíen y regalen una verdadera colección de estampas del Cuenca de ayer, porque es necesario que la actual generación y las que vengan conozcan la vida de nuestros abuelitos, de quienes, para bien o para mal, nuestra juventud procede.
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