| Resumo: | Las Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs), están cambiando el mundo en el cual vivimos y nos desarrollamos. La sociedad debe usar estas herramientas en el contexto de escenarios creativos, innovadores y efectivos para promover y fomentar prosperidad económica con equidad, democracia con justicia social, y contribuir significativamente a la realización integral del potencial humano. Es un imperativo planificar su utilización y desarrollo. Nuevos retos se nos abren, su aplicabilidad encuentra su expresión y respuesta al plantear por ejemplo los contenidos temáticos, con recursos viables adaptados a entornos modernos, al coordinar nuestro trabajo con las prácticas reales en las clases, abriéndolas a la participación de otros interesados en el ámbito de la educación. El sistema educativo en su conjunto, necesita planteamientos radicales que den cuenta de resultados sinergiales inmediatos y ello exige necesariamente, integrar nuevos recursos a los procesos metodológicos. Solamente así recuperaremos nuestro protagónico papel social, superando paradigmas anquilosados, estáticos, de corte tradicional y paralizante. El acceso a las tecnologías digitales es importante, pero no suficiente para generar desarrollo humano. Una visión social de las tecnologías de información para el desarrollo es proyectiva, va más allá de la conectividad, para promover el acceso equitativo, el uso con sentido y la apropiación social de las herramientas tecnológicas, volviéndolas soluciones concretas que ayudan a transformar la vida diaria y las relaciones de poder. Las herramientas informáticas e Internet son sólo una contribución más en la serie de innovaciones que empezó hace mucho tiempo. Invenciones anteriores como la imprenta, la fotografía, el fonógrafo, el teléfono y telégrafo, la radio y la televisión, el microchip, la fotocopiadora, la computadora personal, el satélite y los teléfonos inalámbricos, se han combinado en un proceso dramático de convergencia en las tecnologías digitales.
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