Summary: | En estos últimos años la seguridad en las ciudades y, como extensión social, en las escuelas, está en el debate público. La prensa destaca los hechos más violentos, denunciando el incremento de la violencia y la inseguridad. Las investigaciones de opinión pública realizadas periódicamente en países de todas las regiones del mundo, indican que el sentimiento colectivo de miedo e inseguridad aumenta sin diferencias sociales. Los especialistas, a los que se les ofrece poco espacio en los medios, intentan precisar conceptos y mejorar la medición del fenómeno. Afirman que el aumento de la violencia, en todas sus expresiones, es el principal catalizador de esa sensación de inseguridad que vivimos todos. Hoy, no podemos desconocer los evidentes cambios sociales que hemos sufrido, pero debemos preguntarnos acerca de cuánto de esta percepción social, que nos habla de un alarmante incremento de la violencia, se debe al conocimiento más claro de los derechos ciudadanos y a una menor tolerancia a todo tipo de violencia, y cuánto le corresponde al sensacionalismo de los medios con su lógica mercantilista. En el caso de la escuela, investigadores como Díaz-Aguado señalan que la violencia entre escolares no ha aumentado significativamente, lo que sí lo ha hecho ha sido la sensibilidad y condena manifiesta hacia ella. Violencia ha existido siempre, con distintas formas, con expresiones culturales particulares. Quizá lo que sucede es que hoy se comienzan a cuestionar ciertas manifestaciones, que antes ni siquiera se consideraban como violentas.
|