| Summary: | El Principio de Supremacía Constitucional ha resultado un tema bastante debatido y siendo difícil discurrir acerca de él, por las implicaciones que encierra, porque de la adecuada o inadecuada interpretación que se haga de dicho principio, dependerá en mucho que los actos de autoridad se desarrollen conforme a los lineamientos de un verdadero Estado de Derecho. Y si es problemática la interpretación del principio tomando aisladamente, más lo es cuando lo relacionamos al contenido y límites de los actos que realizan el Poder Ejecutivo y su organización, es decir, la Administración Pública. El Principio de Supremacía de la Constitución y, por tanto, su función en materia de Derechos Fundamentales ha sido un principio no sujeto a discusión, sino hasta tiempos relativamente recientes. Persistió con amplitud durante todo el curso del siglo pasado, y sólo con posterioridad a la crisis de la República, ya producida la derrota alemana durante la Segunda Guerra Mundial, comienza a perder fuerza. La democracia en la actualidad requiere, que el Estado Constitucional de Derecho sea Estado jurisdiccional De derecho, dado que las Constituciones representa un instrumento eminentemente valorativo que se extiende al logro de una justicia Constitucional Supranacional, en correcta defensa de los Derechos Fundamentales del hombre que culminan en el reconocimiento y respeto de los Derechos Humanos. La incorporación de los Tratados Internacionales al Derecho de los Estados siempre ha planteado conflictos de jerarquía entre el Derecho Internacional y el Derecho Interno; problemática que se ha patentizando de una manera muy marcada en las ultimas décadas, debido al avance que ha tenido la codificación del Derecho Internacional a través de los Tratados Internacionales. El tema de los Derechos Humanos se ha convertido en contenido sustancial de numerosos Tratados, lo cual ha coadyuvado a su reconocimiento y protección tanto en el orden interno como en el plano internacional, de ahí la importancia de reconocer la progresividad que los tratados de esta naturaleza tienen en el Derecho Interno de los Estados, haciendo evidente la necesidad de un sistema que garantice la armonía entre ambos ordenes, a fin de brindar seguridad jurídica de los Derechos y obligaciones que surgen de ambas normatividades. El tema de los Derechos Humanos ha generado también el surgimiento de órganos protectores de los mismos, así como un gran número de documentos internos e internacionales, generando lo que se ha dado en llamar el Derecho de los Derechos Humanos, que presenta características propias y que por lo mismo requiere de reglas y principios muy peculiares para su aplicación y para su observancia por los individuos a los que van dirigidas, ya que ahora no es exclusivamente el Estado el sujeto de ellas, sino también empresas, asociaciones, organizaciones y sujetos particulares.
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