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|a El Interdeterminismo perfectivo es la fuerza interna dialéctica de unidad, apoyo y superación, necesaria e indispensable para la práctica revolucionaria, en la transformación del mundo. Mientras más consciente esté la sociedad de las interdeterminaciones perfectivas dialécticas, menos aceptará las determinaciones de la clase dominante. En las interdeterminaciones del sujeto con el objeto, de lo espiritual con lo material, del Ser (excepto Dios) con la Consciencia se va cumpliendo la humanización del ser humano. Marx propone transformar el mundo, priorizando al ser social frente a la consciencia y dice: 1No es la consciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia. El interdeterminismo perfectivo dialéctico hace notar que las determinaciones sociales son: temporales o momentáneas, porque ningún aspecto social puede determinarse sin las interdeterminaciones; éstas son internas y constantes. En el modo de producción capitalista, las interdeterminaciones perfectivas dialécticas se dan en desventaja económica para la clase obrera, pero en cambio tiene una enorme ventaja política y cultural, porque le asiste la verdad histórica en función de la totalidad, coincide la teoría con la práctica que impulsa su propia acción revolucionaria para construir una nueva sociedad, que garantice los derechos básicos del ser humano, como son: educación, salud, alimentación, trabajo, vivienda y descanso. El interdeterminismo perfectivo dialéctico, no tiene una actitud conciliadora, sino revolucionaria, porque utiliza las fuerzas internas contrarias generadoras de los cambios cuantitativos y cualitativos, se propone unir fuerzas que surjan del interior de la conscientización de las masas, para levantar a la sociedad a un nivel más alto, al socialismo. En lo que corresponde a la humanización del ser humano, para el interdeterminismo perfectivo dialéctico se da en las interrelaciones y autorrelaciones entre el sujeto y objeto, entre lo espiritual y material, entre el Ser (excepto Dios) y la Consciencia; esta concepción no está lejos del pensamiento de Lukács, para él, el hombre se humaniza en el nuevo movimiento de los complejos determinados por la totalidad de la humanidad y el hombre individual
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