Summary: | Es una experiencia bastante frecuente -entre aquellos aficionados a la arquitectura- la atracción que ciertas estructuras suelen provocarnos en su estado inicial y la posterior desazón que nos sobreviene una vez que esta desaparece tras el cerramiento. Esta experiencia pese a la disparidad de medios, suele estar bastante extendida a lo largo de diferentes ciudades y países. La estructura en la mayoría de los casos suele ser enmascarada mediante albañilería con criterios de dudosa formalidad. En ocasiones mediante la utilización de molduras utilizadas para moldear el elemento portante que, a escasos centímetros por detrás, ha quedado oculto. El edificio se transforma de este modo en la representación de una arquitectura de signo más o menos vernacular de acuerdo al gusto del usuario. Con este proceder se suele violentar la identidad del objeto obviando la tensión que la estructura debería ejercer sobre el proyecto. El resultado formal de una obra arquitectónica debería ser la suma de relaciones entre los elementos estrictamente necesarios para su funcionamiento y construcción, sin embargo en los últimos 20 años la arquitectura mundial a denotado una tendencia a abusar de elementos ajenos a la obra...
|