Summary: | La disciplina deportiva del fútbol y la actividad del arbitraje se han desarrollado de manera dialéctica a través de los tiempos y desde la aparición misma del deporte rey; sin embargo durante todo este periodo histórico las connotaciones adquiridas por cada uno de estos aspectos deportivos y sociales has sido específicos; pues si bien el deporte balompédico se transformó en un fenómeno social capaz de transformar sentimientos colectivos, movilizar masas, confrontar países alcanzar niveles de enfrentamientos bélicos, servir de escaparate político a sus protagonistas, o simplemente transformar en millonarios a pobres adolescentes de humilde origen; en cambio el arbitraje adquirió la connotación del papel feo de la realidad: el árbitro siempre ha sido visto como el injusto para los perdedores y ha pasado desapercibido por los triunfadores. En la relación dialéctica descrita en el párrafo anterior, apareció entonces la necesidad de que el árbitro se especialice y se perfeccione a la par del futbolista; pues mantener la dialéctica relación siempre implicará conservar el nivel de desarrollo de los futbolistas; de hecho, el árbitro que no pudo seguir la jugada no pudo apreciar y juzgar adecuadamente, en consecuencia lógica, los errores y las injusticia se cometen y el deporte se distorsiona convirtiéndose incluso en violencia social; de la que muchos estadios del mundo no han estado exentos
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