Summary: | La pena de muerte en el transcurso de la historia de la humanidad ha dejado secuelas incurables hasta la época contemporánea, hoy retomado por nuevos tipos ejecuciones que no van por la vía judicial, sino por lo ilegal como las ejecuciones extrajudiciales y sicariato. Por lo tanto estas formas de ejecución es el producto de un estado de desorganización social, efecto del desarrollo desigual y de la desintegración de los antiguos modos de solidaridad social. Al ser parte de esta sociedad, somos responsables y afectados al mismo tiempo por estos fenómenos sociales, en la cual me urge autorretratarme como víctima de la delincuencia, al mismo tiempo como sicario y juez de las órdenes para dichas ejecuciones. Todo esto nos lleva a pensar que estamos como sociedad envueltos de una u otra forma a los fenómenos que surgen cada día. La obra Autoagresión, autoeliminación como resultado de las penas de muerte, no solo es el hecho de denunciar las penas de muerte, sino recordar a la sociedad que estos fenómenos penales y delictivos se están convirtiendo parte de nuestra vida, nos estamos habitualizando a estas formas y que a la final no hacemos nada para remediarlo.
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