Summary: | Desde tiempos ancestrales las bebidas espirituosas, los brindis y el consumo de dulces han estado ligados con el desarrollo de la humanidad, no podía ser la excepción el Valle de Yunguilla. Sus pobladores aprovechando la gran producción de caña realizaron la fermentación y destilación del aguardiente para consumo local y como medio de sustento económico de sus familias. Al igual se logró la obtención de sacarosa y se produjo la miel, panela y otros derivados, todo marchaba bien hasta que se restringió su venta libre y en la actualidad son pocas las familias que conservan las moliendas, considerándose símbolo del Valle, dentro del ensayo se presentan los problemas actuales por las que pasa el mercado del aguardiente y porque sus productores decidieron que venderían sus propiedades para quintas vacacionales y vivir como guardias de dichas propiedades. Mientras que la migración como en toda la provincia del Azuay también ha sido un factor fundamental en la perdida de las moliendas tradicionales porque no se encuentra la mano de obra necesaria para el funcionamiento; por estos todos estos motivos los cañicultores piensan que organizándose y vinculando su trabajo al desarrollo turístico podría ser su única opción de conservación el modo de vida que han llevado y poder conservar sus antiguas haciendas llenas de historia y se promocionaría y comercializaría de un modo más fácil y directo con el consumidor. Cabe recalcar que el valle de yunguilla se caracteriza por su clima templado, su cercanía a la ciudad de Cuenca y su creciente infraestructura turística que puede brindar todas las facilidades para desarrollar un circuito turístico en el que se incluya la visita a las pocas tradicionales moliendas. Viendo todas estas facilidades en lo que va del año 2011 y 2012 se han construido tres hosterías, un hostal comedores, dos ferreterías y próximamente un centro comercial.
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