Summary: | La crisis actual en la que se encuentran las familias evidencia el debilitamiento de los vínculos familiares y demás distorsiones en su concepción y estructura. Ello trae consecuencias nefastas para la sociedad, siendo una de las más relevantes la delincuencia juvenil.
Frente a esa realidad es imprescindible rescatar el valor de la familia como principal y primer espacio de educación de la persona, donde se desarrollan los aspectos fundamentales que hacen posible su humanización. En ese sentido, el aprendizaje que se adquiere allí es insustituible, y representa el más eficaz mecanismo de prevención frente a cualquier problema social como el de la delincuencia juvenil.
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