Summary: | A principios del siglo XX las enfermedades infecciosas eran la principal causa de muerte
en el mundo (1). Este paradigma cambió con el descubrimiento de la penicilina por
Fleming en 1928 (2). A raíz de su utilización en la década de los cuarenta (junto con las
vacunas, la higiene hospitalaria y la cloración del agua), la mortalidad por las
enfermedades infecciosas disminuyó drásticamente, aumentando la esperanza de vida
a 74 años en varones y 80 en mujeres en la década del 2000 (3). Los β-lactámicos representan la familia de antibióticos más utilizados en la actualidad,
tanto a nivel comunitario como nosocomial y representan alrededor del 65% de las
prescripciones de antibióticos inyectables en Estados Unidos (4). En 2017, La tasa media
de consumo comunitario de antibióticos en España fue de 25 DHD (dosis diarias
definidas por 1000 habitantes y día), superando significativamente la media europea de
21,8 DHD, y siendo mucho más alta que las tasas de consumo en países del Norte de
Europa como Alemania (13,7 DHD), Suecia (11,6 DHD) y Holanda (10,1 DHD) (5).
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