Summary: | La situación de shock ha sido observada durante cientos de años, y su presencia ha sido asociada con procesos que culminaba casi siempre con la muerte. Desde entonces hasta la actualidad, los esfuerzos puestos en la investigación del shock han crecido en forma exponencial, abriéndose constantemente nuevas interrogantes. Lo que parece claro es que hay que considerar al shock como un estado multifactorial y multietiológico. Parece difícil, atendiendo a esta característica, que el bloqueo de uno solo de los pasos de la cascada de eventos que conduce al shock sea suficiente como para revertirlo, y es más que probable que la terapia mas adecuada para su tratamiento tenga que ser una combinación de varios agentes terapéuticos. El hecho más constante del shock, sea cual sea su etiología, es la insuficiente perfusión sanguínea de los tejidos. Partiendo de esta premisa, el shock podría definirse como una grave insuficiencia de la perfusión capilar que conduce a una distribución inadecuada de oxigeno y nutrientes a los tejidos y a la producción de una acidosis que transforma la funciones celulares y lleva a estas a la muerte
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