Summary: | Ecuador, a través de los Gobiernos Autónomos Descentralizados, GAD, vive el auge de la Planificación para el Desarrollo y el Ordenamiento Territorial, se dice, para cumplir el mandato constitucional, y para reorientar un modelo de desarrollo alternativo, al convencional, “tradicional extractivista”, que privilegia el crecimiento económico, la industrialización y el urbanismo, en detrimento de lo ambiental, social y cultural, y por lo tanto, pone en riesgo las bases sociales y culturales de las poblaciones. La SENPLADES, emite las directrices para el proceso de planificación local; empero, estas, si bien están un tanto alejados del pensamiento neoliberal clásico, claramente responden al pensamiento occidental, por lo que, su aplicabilidad en el territorio ecuatoriano es todavía distante de su realidad y no considera los aspectos socio geográficos y étnicos que caracterizan a las Nacionalidades y Pueblos Indígenas.
En este contexto, la investigación, propone elementos para un posible debate con los responsables de la planificación nacional y local y los líderes de las nacionalidades y pueblos indígenas, pero también con la pretensión de construir una guía para la reconstitución de “Sumak Kawsay”, como concepto filosófico, que se pregona y se reivindica en la Constitución Política del Ecuador, pero que en la práctica está siendo motivo de una distorsión preocupante.
La investigación se realizó mediante un trabajo combinado entre consulta de información secundaria, diálogos y entrevistas a personas clave y aplicación de la metodología DELPHI, con la participación de 6 expertos en dos rondas de preguntas y sistematización. El mayor hallazgo es el contraste en la concepción de Buen Vivir o Sumak Kawsay, entre los dos enfoques; con base en lo cual, se concluye, que la planificación indígena es horizontal, integral (holística), intercultural y pluralista en esencia, para crear y conservar modos de vida armonizados con los ritmos y flujos ecológicos, socioculturales y cósmicos; en contraste con el Plan de Buen Vivir y proceso de Ordenamiento Territorial, que más bien son herramientas de gestión pública, que pretenden normar modos de convivencia colectiva y “aprovechamiento sustentable” de los recursos naturales disponibles.
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