Summary: | En las décadas finales del siglo XIX y las primeras del siglo XX, la ciudad de Quito y otras urbes importantes del Ecuador como Cuenca y Guayaquil, comenzaron a poblarse de esculturas y monumentos de carácter civil de un modo nunca antes visto. Obras en mármol y bronce se erigieron adornando calles y plazas, alamedas y paseos, otorgando un nuevo sentido a las urbes “modernas” en el marco de la configuración de la nación.
Este trabajo de investigación, esboza el origen y desarrollo de la creación de monumentos escultóricos que aportaron al relato de la Historia Nacional en el paisaje urbano, a partir del registro, significado y transformación de los espacios públicos donde se erigieron algunas obras del reconocido artista ecuatoriano Luis Mideros (1898-1970), uno de los escultores más destacados durante las primeras décadas del siglo XX, íntimamente relacionado a la Escuela Nacional de Bellas Artes, institución que trazó su caminó y legitimó la labor de los escultores adscritos al proyecto político de la transformación de las urbes.
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