Summary: | El manejo de residuos sólidos a nivel mundial es un problema ambiental muy
preocupante. A una escala global constituye uno de los problemas del sistema
económico imperante. Este sistema se centra en el consumo desmesurado de
recursos naturales que en su mayoría no son renovables. Por lo que, la
generación de residuos sólidos continua en aumento y la disposición final que
generalmente se lo realiza en rellenos sanitarios conlleva otro problema socio -
ambiental. Es así que, la ubicación de los rellenos sanitarios siempre genera
conflicto social por todo lo que implica tener este tipo de rellenos en centros
poblados urbanos o rurales. Quienes están al frente de la administración pública
de las ciudades o centros urbanos tienen la tendencia general de mirar a zonas
periféricas o áreas rurales como las más “adecuadas” para la implantación y
construcción de un posible relleno sanitario. No obstante, en los últimos años las
empresas tanto públicas como privadas han dado un giro a su accionar y han
incluido el concepto de Responsabilidad Social para poder llegar a consensos con
las comunidades rurales. Un ejemplo en la región es la Empresa Pública Municipal
de Aseo de Cuenca (EMAC EP) que, en acuerdo con la comunidad de Santa Ana,
ha venido desarrollando un modelo de Responsabilidad Social Empresarial, para
mitigar los impactos del relleno sanitario construido en Pichacay, perteneciente a
la parroquia rural de Santa Ana, del cantón Cuenca, provincia del Azuay. Al
comparar cada uno de los temas que aborda el acuerdo de responsabilidad social
para la cogestión del relleno sanitario y los modelos que sobre el tema se han
registrado en la literatura, se desprende que cumple con todos los principales
impulsores de la muy reconocida y aplicada pirámide de RSE. Primero, tiene una
sólida base económica, puesto que se destina a la parroquia de Santa Ana el 5%
de la recaudación por el servicio de recolección de los residuos sólidos que la
EMAC EP obtiene. Hecho que se refuerza al estar constituido como una
ordenanza del cantón Cuenca, es decir, es ya un mecanismo de gobernanza
socio-ambiental establecido o una política pública. Adicionalmente, ha generado
empleos con la creación y apoyo a las Asociaciones de Recicladores existentes alrededor de Santa Ana. La EMAC EP también contribuye directa o indirectamente
a través de otras instituciones como el Municipio de Cuenca o ETAPA EP, en
proyectos comunitarios. A su vez, del análisis realizado al archivo institucional del
GAD parroquial rural de Santa Ana, se reveló que tiene una muy activa gestión en
la consecución de convenios con diferentes instituciones desde 2001, pero en
temas no muy relevantes para el crecimiento sostenible de Santa Ana. En este
sentido, quizás lo más destacable son las obras de mantenimiento vial y
alumbrado público. En definitiva, es claro que el acuerdo suscrito entre la EMAC
EP y el GAD parroquial rural de Santa Ana, y con el apoyo de la Ilustre
Municipalidad de Cuenca, fue un hecho histórico para la región y el país en temas
de responsabilidad social empresarial. Esta situación contribuyó para que en 2008
se incluyera en la Carta Magna este principio. No obstante, de la encuesta
realizada en territorio se desprende algunas necesidades y requerimientos de
fondo de los habitantes de Santa Ana que siguen pendientes; tales como, tener un
servicio continuo e ininterrumpido de agua potable, alcantarillado y tratamiento de
aguas residuales. Aquí la gestión y la competencia para este tipo de proyectos de
infraestructura básica es el GAD parroquial rural de Santa Ana, entidad
gubernamental que no ha revelado tener una visión de largo plazo en temas
prioritarios para Santa Ana. Otra necesidad imperiosa es la construcción de los
sistemas de riego ofrecidos en un principio, y por los cuales, no se está
alcanzando los objetivos de la reactivación económica (agro-pecuaria, agro-
artesanal y agro-turismo). No obstante, en relación a la estructura orgánica
funcional del modelo de responsabilidad social empresarial implementado por la
EMAC EP y el GAD Parroquial Rural de Santa Ana, se puede afirmar que es
adecuada a la realidad del sector rural andino del Sur del Ecuador, como lo ha
revelado el presente estudio. Finalmente, la actuación conjunta de toda la
ciudadanía de Cuenca y la región tiene en sus manos la posibilidad de cambiar la
situación actual operativa compleja del relleno sanitario de Pichacay, al impulsar y
reciclar la mayor cantidad residuos en sus propios hogares. Igualmente, el GAD
parroquial rural de Santa Ana puede aprovechar este acuerdo de RSE para invertir
en proyectos de infraestructura básica con un horizonte a largo plazo, con lo cual volvería exitoso este modelo de RSE. De no hacerlo, simplemente terminará
involucionando o retrocediendo hacia un simple mecanismo de compensación,
que, en otras palabras, es pagar un impuesto a Santa Ana por la operación del
relleno sanitario en su jurisdicción.
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