Summary: | El estudio del fósforo (P) disponible para la planta en el suelo es importante para la producción agrícola y el medio ambiente. Ante la conciencia de que es un recurso no renovable, parece imperioso establecer criterios para su uso eficiente. El objetivo de este trabajo es estudiar las formas de fósforo en suelos representativos de ámbito Mediterráneo y su contribución, entre otros factores, a la nutrición fosfatada de la planta. Para ello, se examinaron 18 suelos; para cada uno se seleccionaron muestras con valores altos y bajos del índice de biodisponibilidad de fósforo (P-Olsen). Se estudiaron sus formas de fósforo mediante esquemas de fraccionamiento secuencial, diferenciando de fósforo inorgánico (Pi), fósforo orgánico (PO) y fracciones que pueden contribuir a la asimilación de P por parte de los cultivos. Las fracciones de PO son de mayor complejidad a la hora de su caracterización, y se realizó un ataque con fitasas para estimar el contenido en monoésteres susceptibles de hidrólisis en el suelo. También se realizó un cultivo con pepino (Cucumis sativus L. cv Serena) colocando en macetas el suelo equivalente a 1 mg de P Olsen para constatar su eficiencia como índice de disponibilidad de P. Este ensayo se realizó en cámara de cultivo, fertilizando con una disolución nutritiva sin P. Los resultados obtenidos mostraron que el hidroxiapatito era la fracción de P inorgánico dominante en los suelos de nuestro estudio, relacionado positivamente con el grado de enriquecimiento en P del suelo. Esto revela la importancia de la precipitación de fosfatos de calcio en la dinámica de fósforo del suelo. La suma de fracciones extraíbles con NaOH y citrato-bicarbonato (CB) se correlacionó significativamente con el índice de disponibilidad de P (P-Olsen). La proporción de P orgánico (PO) respecto al total osciló entre el 25% y 70%, relacionándose negativamente con el contenido de P total del suelo (R2 = 0,43, P < 0.001). Esto revela que la fertilización con P incrementa el P inorgánico, reduciéndose la proporción de PO respecto al total a medida que el suelo se enriquece en P inorgánico. La proporción del PO hidrolizado por fitasas se incrementó linealmente con el contenido total de PO en suelo (R2 = 0.48, P < 0.001). El P extraído por el cultivo en el ensayo en maceta no fue el mismo, ni en las muestras con P Olsen alto ni en aquellas que lo tenían bajo. Esto revela que el P Olsen no actúa como un buen indicador de la disponibilidad de P para el cultivo. En las muestras con P Olsen bajo, el PO en la maceta y la actividad fosfatasa en rizosfera explicó el 37 % de la variación en el P extraído por las plantas (P < 0,037); el P orgánico extraíble por CB hidrolizable por fitasa presente en la maceta explicó el 36 % (P < 0,01 ) de la variación en el P extraído. Esto hace pensar que en muestras con niveles de P disponible bajos, el P orgánico y la actividad hidrolítica en rizosfera juega un papel fundamental en el suministro de P a la planta.
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