Summary: | Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) han incrementado en nuestra sociedad en los últimos años, apareciendo cada vez en edades más tempranas. Por otro lado, el uso de Redes Sociales y la accesibilidad a estas ha aumentado de manera exponencial. Por este motivo queríamos comprobar la relación entre el uso de redes sociales y la aparición de TCA en edades infantiles. Más concretamente, de la red social denominada Instagram. Para ello, se realizó un cuestionario combinando parte de los cuestionarios EAT-40 (The Eating Attitude Test) y BSQ (Body Shape Questionnaire) junto con otras preguntas de elaboración propia sobre las Redes Sociales. Este cuestionario se aplicó a 60 alumnos y alumnas con una edad comprendida entre 9 y 12 años. Los resultados han mostrado que un 25% de los estudiantes en estas edades ya quieren parecerse físicamente a sus “influencers” y que además son aquellos que poseen un índice de masa corporal (IMC) adecuado. También de manera sorprendente, este grupo de estudiantes muestran preocupación por su peso, por lo que comen y manifiestan tener mala relación con la comida, en unos porcentajes equiparables o mayores al alumnado con sobrepeso. Estos datos podrían estar marcando la posibilidad de existencia de TCA o factores de riesgos que podrían provocar su aparición. Abstract: Eating disorders have increased in our society in recent years, appearing more and more at younger ages. On the other hand, the use of Social Networks and their accessibility has increased exponentially. For this reason, we wanted to check the relationship between the use of social networks and the appearance of eating disorders in children. More specifically, from the social network called Instagram. For this, a questionnaire was carried out combining part of the EAT-40 questionnaires (The Eating Attitude Test) and BSQ (Body Shape Questionnaire) along with other self-made questions related to Social Networks. This questionnaire was applied to 60 male and female students aged between 9 and 12 years. The results have shown that 25% of students at these ages already want to physically resemble their “influencers” and that they are also those who have an adequate body mass index (BMI). Surprisingly, this group of students show concern about their weight, about what they eat and report having a poor relationship with food, in percentages comparable to or greater than the overweight students. These data could be marking the possibility of TCA or risk factors that could cause its appearance.
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