Summary: | Los productos de pastelería y repostería presentan una gran versatilidad a la hora de elaborar postres para el mercado actual, con las diversas técnicas, insumos y maquinaria moderna se puede dar paso a un sinfín de recetas. Cada vez son más las personas que buscan opciones sanas y cocinas menos invasivas en cuanto a grasas u otros ingredientes, de manera que ayuden a conservar una buena salud, con este concepto nace la idea de postres alternativos capaces de sustituir harinas, grasas, huevos, lácteos o sus derivados que causen problemas, incomodidad o intolerancias alimentarias.
Ahora bien, el adulto mayor es aquella persona que atraviesa su última etapa de vida, en el Ecuador se considera a una persona como adulto mayor, cuando alcanza los 65 años de edad, en este período se viven cambios fisiológicos que modifican su comportamiento y que pueden o no variar su estilo de alimentación, además de transformaciones sociales y psicológicas en su entorno que también influyen en su dieta. Para un adulto mayor el consumo de postres, contrario a lo que se cree; siempre y cuando se dé con moderación y cuidando que no sean postres muy copiosos o cargados de grasas saturadas, demasiados carbohidratos simples, colorantes o uso excesivo de aditivos alimentarios (como se suele encontrar en cualquier tienda o supermercado); no representan un riesgo.
Los cambios más comunes en el adulto mayor se ven asociados con el estreñimiento, falta de micronutrientes esenciales, sequedad bucal y pérdida de sensibilidad en sus sentidos. Tanto la chía, como la quinua y la espirulina, han sido estudiados e investigados para su aplicación en postres como un aporte de nutrientes y que mantengan una buena condición en el adulto mayor a la hora de consumirlos. Estos superalimentos están cambiando el mundo, al ser buenas fuentes de fibra, ricas en aminoácidos esenciales y antioxidantes; así también una lista extensa de macro y micronutrientes superiores a ingredientes comunes.
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