Summary: | Los cereales han jugado un papel decisivo en la alimentación y desarrollo del hombre primitivo. Cada uno ha constituido el calificativo de las culturas y civilizaciones. La cultura del arroz corresponde al Asia, la del trigo, al Cercano Oriente y Europa, y la del maíz al Nuevo Mundo.
Estos y otros cereales, fruto de la evolución biológica, crecieron espontáneamente en los respectivos continentes, donde fueron domesticados y contribuyeron a que el hombre primitivo que se alimentaba con el fruto de la caza y recolección de alimentos se volviera sedentario y en vez de la caza y recolección se convierta en agricultor.
Según se piensa, la mujer fue quien inició la domesticación de las plantas. Mientras el cazador y recolector salía, cada día, en busca de los alimentos, ella tuvo el tiempo, la oportunidad y sobre todo la perspicacia de reconocer que de las pepas o semillas o residuos de los alimentos vegetales, que se arrojaban en tomo a la vivienda, nacía la planta progenitora del fruto y dio inició a la domesticación. El hombre, después, desarrolló la agricultura. El fenómeno fue semejante en los varios continentes en épocas históricas muy distintas; en el Viejo Mundo, aproximadamente con 10.000 años de antelación a América.
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